El campeón leonés Pablo Castro Pinos ha participado en el concurso de pesca por parejas celebrado en el río Leizarán, en el País Vasco. Se trató de un campeonato sin valor clasificatorio pero que goza de un cierto prestigio entre los pescadores de élite. También, y de cara a la competición oficial, se trata de ir completando la puesta a punto. Para Castro Pinos este tercer puesto no es lo más importante, sino el comprobar «in situ» el modelo de gestión que se realiza en este acotado. «No es nada raro que los pescadores vascos estén en lo mas alto del equipo nacional de pesca ni que en los últimos años hayan conseguido tres campeonatos de España -comenta Pablo- me estoy refiriendo a dos de los hermanos Urruzuno y a Jonathan Torralbo. Ellos cuentan con un magnífico escenario para practicar la pesca todo el año, mientras que en León carecemos de ello a pesar de ser la provincia de España que cuenta con más cotos trucheros y mas kilómetros de ríos».

El coto de Andoain se ubica en el río Leizarán, típico de la vertiente cantábrica. Es un río de caudal medio, muy bonito para pescar y que funciona como coto ordinario durante la temporada de pesca. Una vez finalizada ésta pasa a ser coto intensivo siendo repoblado periódicamente con truchas arco-iris. Aunque esta práctica pueda parecer contraproducente para las truchas autóctonas, en opinión de Pablo no lo es, pues conviven perfectamente. Además, teniendo en cuenta la voracidad de las iris, en el momento en que se abre la temporada ordinaria, son las primeras en pescarse y desaparecen totalmente. De hecho en algunos ríos bercianos, como el Valcarce o el Selmo, que tienen piscifactorías de arco-iris en sus cabeceras, es frecuente en años con crecidas que se escapen muchos alevines, incluso truchas de tamaño medio. En los años en los que ha habido fuertes crecidas, los primeros días de la temporada se pescan muchas iris, que van desapareciendo paulatinamente. En otros ríos de ribera, como el Porma, ejemplares aislados llegan a alcanzar un gran tamaño por la abundancia de alimento. Un modelo de gestión de este tipo en los cotos intensivos de León, permitiría disfrutar de la pesca todo el año a todos los aficionados. Además, dada la calidad de los intensivos leoneses de Marne y La Bañeza y, en menor medida Ponferrada, serían un importante reclamo turístico que atraería a León pescadores de todas partes.

Pero para Pablo Castro la gran asignatura pendiente de la pesca en León es conseguir un tramo urbano para pescar todo el año.